File:Carta de Fray Sebastián Villanueva sobre vivir en Malvinas 03.jpg

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Español: Fray Sebastián Villanueva le escribe a un amigo suyo acerca de lo difícil que es vivir en las Islas Malvinas, 25 de abril de 1767.

📚 Documentos Escritos. Colección Biblioteca Nacional, tomo 189.

✒️ Transcripción:

Amigo y querido dueño: yo quisiera escribirle una carta larguísima, dándole noticia de todo lo que es esta miserable tierra; porque en mi vida he visto, ni es capaz que haya en todo el mundo tantas desdichas juntas; porque no tiene toda esta isla, cosa ninguna buena. Toda ella se compone de serranías, con muchos arroyos, y pantanos de agua. No hay en toda ella un arbolito; la leña que quemamos, es una yerba, que tiene una cuarta de alto; las casas en que vivimos, son todas cubiertas de paja, y algunas con lonas embreadas, y las paredes son de terrones puestos unos sobre otros, que entra el viento lo mismo que por una red. El frío no hay con qué ponderarlo; son los vientos tan fríos, y sutiles, que no hay ropa que resista; todos los días son nublados, y siempre o está lloviendo, o nevando, de tal suerte que cuando vemos un día de sol, nos alegramos mucho, y nos causa grande novedad. No hay en esta isla cal ni piedra de qué hacerla. Las piedras aunque son muchas, de nada sirven, porque no se pueden labrar. La tierra no produce cosa alguna. Los franceses aunque han sembrado de todas las semillas, pero nada sale, más que unos coles, y lechugas muy pequeñas, y éstas después de mucho trabajo. En toda la isla no hay más vivientes, que leones marinos, lobos, y muchos pájaros, aunque éstos no se pueden comer, porque hieden. Solo se encuentran algunos patos ariscos que se llaman avutardas y ésta es la única carne fresca que comemos; pero cuesta mucho trabajo para cazarlas. Por fin no es posible escribir todas las miserias de esta tierra. Usted finja allá en su imaginación lo peor que pueda, y finja, o pinte una tierra inhabitable.

Hemos llegado con felicidad gracias a Dios: el día 25 de marzo dimos fondo en este puerto; salimos de Montevideo el día último de febrero. Hemos tenido en la mar cinco días seguidos de tormentas, con muchos sustos, se nos han muerto todos los caballos que traíamos, y cuasi todas las vacas, solo han llegado algunas pocas, con tres carneros. Aquí nos han entregado los franceses, un caballo, dos bueyes, y dos lecheras con dos terneros. Hay algunos chanchos, pero muy flacos, porque no tienen qué comer. No le escribo más porque se me hielan los dedos de frío, y para escribirle ésta me he sentado en el suelo, porque la casa en donde vivo esta grande, que no cabe un hombre, parado, y vivimos en ella tres. Usted dispénseme los cumplimientos porque más no puedo, y téngame reconocido por su amigo, aquí en cualquier parte, y esto sin lisonja.

Yo quedo en este triste desierto, sufriendo todo por amor de Dios, y rogando por Vuestra Merced me le guarde muchos años. Puerto de las Malvinas, 25 de abril de 1767.

Su afectísimo amigo.

Fray Sebastián Villanueva
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institution QS:P195,Q2860529
Author Unknown authorUnknown author

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